por JuanDeLezo » 10 Sep 2013, 09:55
¡Sensacional éste segundo volumen!
Qué bien ha estructurado Posteguillo su trilogía de trajano. En el primer volumen leímos cómo fueron los años anteriores al ascenso al poder con un increíble, loco, salvaje y cruel Domiciano. Con los Vespasiano padre e hijo. Con la toma y saqueo de Jerusalén… Aquel año loco de los cuatro emperadores. Un montón de cosas hasta que el sevillano Trajano plantó sus lerenles en el trono romano.
Y en éste segundo volumen, con un ya emperador hispano firmemente aposentado en Roma y domada la voluble guardia pretoriana, con un emperador que pasó después a ser designado como uno de los “cinco emperadores buenos” de la historia del imperio romano (España ha aportado dos a esa lista: Trajano y Adriano), con unos buenos generales, con el indomable rey dacio Decébalo y sus aliados sármatas y roxolanos allende del Danubio… ¡ah! Hablando del Danubio: no hay que perderse al genio de Apolodoro de Damasco, el que en el primer volumen amplió el anfiteatro Flavio conocido hoy como el Coliseo de Roma. Ese enorme arquitecto que fue capaz nada más y nada menos que plantar un puente estable en el Danubio de ¡1100! metros de largo. Lo nunca hecho. Pues leeremos como se las ingenió para hacerlo… y ya que pienso… ¡Qué montón de cosas hizo ese hombre! ¿Habéis visto la Columna de Trajano? Bueno al grano que me lío y me pierdo. Sólo apuntar que la “genuina” personalidad de Apolodoro le costaría caro más tarde con Adriano, pero eso es otra historia. Éste libro, como el primero, tiene bastantes hojas y da para mucho, pero es que hay tantísimo que contar y juro que se me ha hecho corto. Desde luego la guerra de un mosqueado Trajano contra los pueblos del Danubio ocupa un papel muy principal pero también conoceremos algo de las sacerdotisas vestales, bastante de las carreras de cuadrigas donde era raro el día que no había un par de muertos y sin cuadriga de seguridad ni banderas amarillas: ¡Todos a correr y vale de todo! Con dos cojones. Y sabremos del interés de las fieras por la carne humana y de cómo se las apañaba el “bestiarius” para que sus criaturillas dieran la talla en las ejecuciones a ser comidos por felinos de un respetable tamaño pera deleite del también respetable.
En definitiva otra maravilla de libro. Ganas tengo que Posteguillo acabe su tercer volumen donde estoy seguro nos iremos con las legiones a mi querida Mesopotamia y leeremos, mejor dicho, veremos, porque Posteguillo nos hace ver, cómo se las ingenia Trajano para plantar esta vez sus lerenles allende del Éufrates contra los indomables partos y sus catafractos: los tanques de la antigüedad. Mientras, en historias paralelas, sabremos más cosas de la Roma del pan y circo y de intrigas mil.
Muchísimas gracias.
La gratitud en silencio no sirve a nadie. A ver si participamos más.