por JuanDeLezo » 12 May 2020, 11:36
Pues el autor no tenía pensado hacer un cuarto libro pero pasaron los años y entonces…:
Terminé de escribir Destrucción masiva y me encontraba tan saturado de muertos vivientes que para mí se trataba de un punto final. Cuando alguien me preguntaba mi respuesta siempre era la misma: No, no creo que haya más libros, la historia ha terminado. Y estaba convencido de ello.
Sin embargo, como Joe Sanderson, el virus se negaba a morir. En algún momento algo chispeó en el fondo de mi cerebro. Estoy vivo. La historia llegó a mí como un relámpago, pero seguía tan saturado que me negué a escribirla. Y ella siguió dando vueltas y más vueltas, engordando con cada nuevo giro. Es una locura, Víctor, me decía a mí mismo, es el cuarto jinete pero al mismo tiempo es rompedor con respecto a lo que se ha contado hasta ahora. Mentiría si dijera que eso no era en parte lo que más me ponía de la historia, el hecho de salir al ruedo una vez más y retorcer la ficción una vez más. Además, estaba ese otro detalle: odiaba haber dejado a Richard Jewel en el limbo de las historias sin final.
Esto también lo he contado alguna vez: cuando estaba escribiendo Armagedón llegó un momento en que la historia se hizo demasiado grande y yo necesitaba pisar el acelerador y escribir un final frenético. Para ello, tenía que cortar por lo sano los hilos que se habían escapado de la trama principal y dejarlos pendientes de continuación. Uno de esos hilos era Richard y compañía. Mi intención, lo juro, siempre fue retomar su camino en Destrucción masiva.
Los caminos del escritor son inescrutables.
Llegó Destrucción masiva y resultó que la historia de los personajes principales era tan inmensa que Richard y su pequeña troupe se habían quedado fuera. Ni una sola mención para ellos. Oh, no puedo describiros lo mucho que me fastidiaba por dentro. Richard era uno de mis personajes favoritos cuando estaban allá en Castle Hill, en el primer libro. Abandonarle de esa manera, sin escribir su destino, era una espina que me cortaba por dentro.
La gratitud en silencio no sirve a nadie. A ver si participamos más.