Cumbres Borrascosas (CB)

A la muerte de su padre Pipino el Breve (715-768) y de su hermano Carlomán I (751-771) el joven Carlos al que de pequeño le llamaba El Palurdo hereda el título de rey de los francos, una nación ignorante, aguerrida y aislada de los vestigios de la civilización. Al hacer sus primeros viajes al sur y ver los palacios, las bibliotecas y las ruinas del extinto Imperio Romano se da cuenta que el éxito de su reinado no se ganaría solo con la fuerza bruta sino también con el intelecto. Siendo protector del Papado y apoyándose en la iglesia comienza su obra de conquista y evangelización de las tierras sajonas además de la educación y expansión de la cultura por sus dominios. Durante más de treinta años engrandeció sus dominios no solo por medio de las armas sino también a través de pactos o simples entendimientos con caudillos. Hombre inquieto y cultivado funda Aquisgrán y la hace su capital que se convierte no solo en el centro de un imperio que abarca casi toda la Europa continental cristiana sino también en un faro del resurgimiento de la educación, las artes y las letras creando sin querer un estilo que pasaría a la historia como el Renacimiento Carolingio. Como todo gran imperio creado por seres únicos en su género, a su muerte los herederos de tan vastos territorios fueron incapaces de preservar su legado, en menos de medio siglo el caos, las guerras fraccionaron la unidad y la ignorancia volvió a hundir el continente en la oscuridad de la Edad Media.
Biografía novelada del emperador Carlomagno (742?-814), monarca reformador e impulsor de la educación y la cultura, impulsor de una política centralizada, la unidad aduanera y monetaria dentro de sus dominios, aliado incondicional y defensor de la Iglesia Católica creó una identidad común dentro de una Europa amenazada por los musulmanes de Hispania por el oeste y las tribus eslavas por el norte y el este creando un Renacimiento Carolingio del que aún disfrutamos de sus vestigios. Guerrero incansable contra los sajones, ávaros, eslavos, vikingos y árabes de al-Ándalus si bien no fue el campeón invicto de todas las batallas supo mantener a raya a estos durante su existencia. Escrita con un estilo que hace pensar en un cronista nostálgico que cita crónicas de la época es una lectura entretenida, instructiva y amena.