por JuanDeLezo » 26 Mar 2015, 00:15
Todo el follón se originó por una diosa desairada y de un hombre por pensar con la entrepierna:
La diosa de la discordia, llamada Eris, no fue invitada a una famosa boda (la de la nereida Tetis con el rey Peleo de Ftiótide) a la que sí asistieron el resto de dioses y diosas. Eris lanzó con rencor una manzana de oro a los invitados después de haberle escrito en la piel: «¡Para la más bella!». Le habrían llevado la manzana a Tetis, ya que era la novia, pero tuvieron miedo de ofender a las tres diosas más importantes allí presentes: Hera, la esposa de Zeus todopoderoso; Atenea, su hija soltera, no sólo diosa de la sabiduría sino también de la guerra; y su nuera Afrodita, diosa del amor. Cada una de ellas creía ser la más hermosa, y comenzaron a pelearse por la manzana, tal como Eris había previsto. La única esperanza de Zeus para conseguir la paz doméstica era organizar un concurso de belleza y elegir a un juez justo.
Así pues, Hermes, el heraldo de los dioses, descendió con la manzana y un mensaje de Zeus para Paris:
—Tres diosas —anunció— vendrán a visitarte aquí, en el monte Ida, y las órdenes de Zeus todopoderoso son que tú deberás premiar con esta manzana a la más bella. Por supuesto, todas ellas se conformarán con tu decisión.
A Paris le desagradaba la tarea, pero no podía evitarla.
Las diosas llegaron juntas, y cada una, al llegar su turno, descubrió su belleza; y cada una, al llegar su turno, le ofreció un soborno. Hera se comprometió a nombrarle emperador de Asia. Atenea a convertirle en el hombre más sabio y más victorioso en todas las batallas. Pero Afrodita se acercó cautelosamente y le dijo:
—¡Querido Paris, declaro que eres el muchacho más atractivo que he visto desde hace muchos años! ¿Por qué perder el tiempo aquí, entre toros, vacas y pastores estúpidos? ¿Por qué no te mudas a alguna ciudad rica y llevas una vida más interesante? Mereces casarte con una mujer casi tan hermosa como yo, déjame que te sugiera a la reina Helena de Esparta. Una mirada y haré que se enamore de ti tan profundamente que no le importará dejar a su marido, su palacio, su familia... ¡Todo por ti!
Excitado por el relato de Afrodita sobre la belleza de Helena, Paris le dio a ella la manzana, mientras que Hera y Atenea se marcharon enfurecidas, cogidas del brazo, para planear la destrucción de toda la raza troyana.
Y se armó el Belén…
Dice el señor Graves en su prólogo:
La guerra de Troya describe todos los males que suelen aparecer en las guerras a gran escala: ambición, avaricia, sufrimiento, traición, incompetencia. Pero los griegos, aunque nos cuentan con toda franqueza cómo sus antepasados se arruinaron en esta estúpida campaña de diez años, tampoco consideran a los dioses olímpicos libres de culpa. Según ellos, la guerra les fue impuesta al rey Príamo y al rey Agamenón por una disputa envidiosa entre tres diosas, que el propio Zeus Todopoderoso no se atrevió a resolver. En otras palabras, por fuerzas fuera del control humano. Los efectos se sintieron en lugares tan alejados como el norte de Italia, Libia, Etiopía, Palestina, Armenia y Crimea.
Los poemas de Homero no son, ni mucho menos, la única fuente de la leyenda; de hecho, unos dos tercios de este libro se basan en otros autores griegos y latinos. Y, sin embargo, al enlazar las distintas narraciones, quedo sorprendido al descubrir lo bien que concuerdan. Buena parte del relato tiene sentido histórico, a pesar de que Homero tomó prestada la fuga de Paris y Helena de un poema épico anterior, y aunque el famoso caballo de madera fue, según algunos escritores, sólo una máquina de asedio: una estructura de madera recubierta con pieles de caballo, que permitió a los hombres de Agamenón escalar las murallas de Troya en un punto débil. Desgraciadamente, las únicas descripciones de la lucha consisten en aventuras de reyes y príncipes montados sobre carros, tal vez debido a que los juglares homéricos cantaban sus poemas en las cortes reales, donde la democracia no estaba bien vista. Tersites, el único soldado raso mencionado por su nombre en la Ilíada, es ridiculizado; nos es descrito como un hombre feo, deformado y cobarde que intenta comenzar un motín en el campamento.
Troya, cuyas ruinas a la entrada del Helesponto (hoy día llamado el estrecho de los Dardanelos) han sido descubiertas y excavadas, cayó, por lo visto, a principios del siglo XII a. C. La Ilíada de Homero está ahora fechada alrededor del año 750 a. C. la odisea, aunque supuestamente es también obra de Homero, fue escrita una generación más tarde por una manera distinta, y no concuerda con la trama generalmente aceptada de la guerra troyana, pues encubre las faltas de Ulises y le permite escapar castigo que se merecía. La literatura inglesa, para ser bien entendida, requiere un conocimiento tan bueno de la guerra de Troya como de la Biblia: la belleza de Helena, la astucia de Ulises, el noble coraje de Héctor, el talón vulnerable de Aquiles, la locura de Áyax, son conceptos que se han vuelto proverbiales. Sin embargo, éste es tal vez el primer intento moderno de relatar toda la historia, desde la fundación de Troya hasta el regreso de los griegos victoriosos, en un libro breve para muchachos y muchachas. Pueden encontrarse más detalles, con una lista de los libros antiguos consultados, en mis Mitos griegos.
Me ha llamado la atención la parte final en donde dice que es un libro breve para muchachos y muchachas. Seguramente lo diría para que los muchachos y muchachas de aquellos sesenta, viendo que el libro no era gordo, lo leyeran y tuvieran tiempo para el guateque. Muy bien, aconsejo lo mismo a nuestros muchachos y muchachas para que les quede tiempo para el botellón. Y aconsejo a todo el mundo que lo lea para tener una idea generalizada del lío que puede suponer los poemas de Homero, caso que no se aclare mucho.
Pero me ha llamado la atención más aún el que diga que la literatura inglesa, para ser bien entendida, requiere un conocimiento tan bueno de la guerra de Troya como de la Biblia: la belleza de Helena, la astucia de Ulises, el noble coraje de Héctor, el talón vulnerable de Aquiles, la locura de Áyax, son conceptos que se han vuelto proverbiales.
Exactamente, para leer algo histórico inglés cuando habla, sobre todo de ellos mismos, hay que hacerlo como cuando se lee un libro de mitología: no hay que hacer caso alguno al texto y leer entre líneas para saber la verdad. Ese pueblo asqueroso inglés tomó buena nota del rey Josías, cuando inventó, junto con sus sacerdotes, una historia grandiosa para dotar de identidad a su pueblo, e hizo lo mismo con su oscura historia. No hay más que ver los libros que se atribuyen a Moisés y los que se atribuyen a un semianalfabeto, de existir, llamado Shakespeare. Ambos creados para dar lustre histórico a pueblos sin relevancia alguna.
Pero lo que tengo claro es que si en el libro los héroes deducen que es de sabios hacer caso y no contradecir a los dioses, yo, pienso que es más de sabios aún pasar desapercibido ante ellos. Leed y comprenderéis…
La gratitud en silencio no sirve a nadie. A ver si participamos más.