por JuanDeLezo » 03 May 2021, 13:58
Mi padre siempre pensó que algún día yo haría algo grande: «Tengo una corazonada contigo, John Osbourne», me decía después de unas cuantas cervezas, «o acabas haciendo algo muy especial o acabas en la cárcel». Y llevaba razón el viejo.
Antes de cumplir los dieciocho ya estaba en la cárcel.
—Bien, señor Osbourne, quiero preguntarle algo —dijo el médico—. ¿Ha tomado alguna vez drogas «recreativas»?
Este era uno nuevo, el médico al que fui cuando decidí quitarme de todo. Llevaba casi cuarenta años pasándome con el alcohol y las pastillas, de modo que me pareció buena idea enterarme de los destrozos que había causado.
—Bueno —dije con una tosecilla—, una vez fumé un poco de marihuana.
—¿Y ya está?
—Sí, ya está.
El médico siguió toqueteándome y comprobando sus notas.
De pronto se paró y preguntó:
—¿Está seguro?
—Bueno —dije con otra tosecilla—, también un poco de speed. Pero hace mucho tiempo.
—¿Así que sólo marihuana y un poco de speed?
—Eso es, sí.
El médico siguió a lo suyo. Pero al cabo de un rato se detuvo de nuevo:
—¿Está absolutamente seguro de que sólo ha sido marihuana y speed?
—Hombre, en otra época me hice alguna que otra rayita de farlopa —le dije; empezaba a sentirme confiado.
—Entonces, ¿marihuana, speed y... algunas rayas de cocaína?
—Sí, eso vendría a ser todo.
—¿Y está seguro de eso?
—Ajá.
—Quiero estar absolutam...
—¿La heroína cuenta?
—Sí, la heroína cuenta.
—Ah, entonces heroína también. Pero sólo una o dos veces.
—¿Seguro que sólo fueron un par de veces?
—Sí, sí, seguro. La heroína es una puta mierda de droga. ¿La ha probado usted?
—No.
—No me va. Se vomita demasiado.
—Efectivamente, las náuseas pueden ser intensas.
—A mí lo que me parece es un desperdicio de alcohol.
—De acuerdo —me cortó el médico—, vamos al grano. ¿Hay alguna droga que NO haya tomado, señor Osbourne?
Silencio.
—¿Señor Osbourne?
—No, ninguna que yo sepa.
Más silencio.
Finalmente, el médico dijo:
—¿Y qué me dice del alcohol? Ha mencionado usted que bebe. ¿Cuántas unidades al día?
—No sé. Unas cuatro, más o menos.
—¿Puede ser más específico?
—Botellas de Hennessy, pero depende.
—¿De qué depende?
—Del tiempo que paso desmayado entre una y otra.
—¿Y sólo bebe Hennessy?
—Hombre, la cerveza no cuenta, ¿no?
El médico sacudió la cabeza, suspiró y se frotó los ojos. Luego preguntó:
—¿Fuma usted, señor Osbourne?
—De vez en cuando.
—Menuda sorpresa. ¿Cuántos al día, diría usted?
—Treinta y alguno.
—¿Qué marca de cigarrillos?
—No, no, puros. Los cigarrillos no los cuento.
El médico empezó a ponerse muy pálido. Por fin dijo:
—¿Cuánto tiempo hace que mantiene esta rutina diaria?
—¿En qué año estamos? —le pregunté.
—2004.
—Pues casi cuarenta años.
No os sabría decir cuánto cuesta hoy una pinta de cerveza, y tampoco quiero saberlo. Es increíble si pensamos en todo el tiempo que he pasado en los bares. Es algo que ya no me interesa. Hace un par de semanas estaba en el hotel Beverly Hills y me crucé con Ronnie Wood, de los Rolling Stones. Me dio la impresión de que se había metido un par y pensé: «Joder con el tío, le sigue dando». También me topé con Keith Richards hace poco en una entrega de premios.
—¿Qué tal, Keith? —le pregunté.
—Pues nada mal para ser una leyenda viva.
Estuve a punto de decirle: «¿Viva? Keith, coño, tú y yo somos dos muertos vivientes».
La gratitud en silencio no sirve a nadie. A ver si participamos más.